domingo, 24 de enero de 2021

Despedida de tristeza - Jorge Gonzalvo



 





Normalmente cuando la tristeza decide dejar la ciudad
lo hace sin equipajes 
ni revistas para entretenerse por el camino
Se marcha de incognito
arrimada a los bordillos
bajo una gran gabardina gris
Parece un detective cansado de seguir una pista
Cuando la tristeza decide dejar la ciudad
lo hace sin regalos
ni suvenir que entregar a destino
Como puedes imaginar la tristeza se cansa enseguida
una mañana de lunes o de martes
vete tu a saber
y desde entonces ni siquiera está en una misma ciudad
 más de cierto tiempo
Se queda en la ciudad unas horas como poco
unos días como mucho
entonces decide marcharse casi siempre una mañana de lunes
aprovechando que la ciudad todavía se está acostumbrando
a la nueva semana
Si se encuentra con ánimo antes de desaparecer del todo
la tristeza sobrevuela las casas
aterriza en algún patio de vecinos
esquiva a un perro que ladra y que la mira con cara de sorpresa
llama a los timbres y a continuación esconde la cara
Si el día es luminoso 
deja el recado por si acaso volviera
con las señas de nuevo apartado de correo
y un pedazo de pastel de verduras que sobró de la cena de ayer
Al fin y al cabo es vergonzosa
La tristeza se chamusca la cola
si la cola
cuando alcanza la vertical y alguna chimenea llorona
Las chimeneas le dicen adiós a la tristeza
señalan el camino de vuelta con una estela de humo
 para que no se pierda
Por lo demás cuando la tristeza se marcha
no deja el teléfono
ni cuentas pendientes
ni números rojos
ni sendas de migajitas de pan
simplemente
simplemente se marcha







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