Mira en qué mundo vivimos.
Cualquier día puedes salir a la calle y,
por infortunios, nunca volver.
Puedes viajar
y nunca hacer el camino de vuelta.
Simplemente estar en un sitio
en el momento exacto, por desgracia.
Puedes tener el día más feliz de tu vida
y que aparezca al día siguiente
una enfermedad que igual nunca desaparece.
No entiende de edades,
ni de momentos.
Con el paso del tiempo
aprendes a vivir cada minuto
como si fuera el último.
Para que, pase lo que pase,
sepas que has exprimido
al máximo cada momento.
Sin miedos, porque ya nada es evitable.
No sabes dónde está el último beso.
El último abrazo.
He aprendido a soltar
todos los “te quiero” que me salen.
Aunque algunas veces parezcan demasiados.
He aprendido a disfrutar de un paisaje,
una canción.
Una película.
Un instante al lado de la persona que amo.
No voy a cambiarlo.
No tengo ni idea
de cuántos segundos quedan.
Pero van a ser apasionantes.
♥
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