Prometo respetarme,
cuidarme,
escucharme,
perdonarme
y hacer lo que me haga bien
¿Estoy bien?
Debemos ser conscientes
de que no son nuestros hijos
los que nos hacen perder la paciencia,
sino muchas veces
la falta de autocuidado,
que nos hace ponernos en segundo plano
Debemos ser conscientes
de que no son nuestros hijos
los que nos hacen perder la paciencia,
sino muchas veces
la falta de autocuidado,
que nos hace ponernos en segundo plano
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